La TT (tumba tebana) 209 es una tumba del Periodo Tardío situada en la Orilla Occidental de Luxor, Egipto. Fue construida en el wadi que delimita por el norte el sector de la necrópolis tebana conocido por los arqueólogos como Asasif Sur. Este nombre le fue dado por R. Lepsius en la década de 1840; en realidad, los habitantes de Gurna le daban otros diferentes mientras vivían allí pues, como es bien conocido, fueron expulsados de la zona entre 2007 y 2008: Hatasun era la denominación del propio wadi, Hurubat el término con que se designaba a la población que vivía en el conjunto de aldeas que se encontraba en la zona sureste de la colina de Sheykh Abd el-Gurna y Nag’ al-Rasayla era el nombre específico de la gran mansión y sus dependencias aledañas al sur del wadi. Esta recibe el nombre por la familia de los Abd el-Rasul que la habitaban desde fines del s. XIX.
No se ha reconocido, por ahora, ninguna alusión al monumento en narraciones de viajeros o en las obras de los primeros egiptólogos del siglo XIX. La primera noticia documentada de la tumba está en los trabajos de excavación realizados por R. Mond a comienzos del s. XX y que quedaron inéditos: nunca se publicaron los resultados salvo alguna referencia muy breve.
La ubicación de la TT 209 en un wadi no es algo habitual. El depósito sedimentario que lo colmata ha de permitir el análisis del régimen de lluvias en la necrópolis tebana. Otro de los objetivos es entender su situación en el marco del paisaje ritual de la región. Tumbas de una cronología algo anterior, de las dinastías XXI y XXII, fueron excavadas por un equipo alemán en la década de 1920 más abajo en el wadi, en torno a su zona de unión con el Ramesseum. En consecuencia, la TT 209 parece prolongar hacia el interior del desierto un uso más antiguo del wadi como necrópolis. Al mismo tiempo, la calzada que atraviesa la zona prolonga la ruta que une el templo de Luxor y la Mansión de Millones de años de Ramsés II y que pudo ser marco de una versión meridional de la procesión de la Bella Fiesta del Valle.
La información disponible sobre la tumba cuando se inició nuestro proyecto era muy escasa. La carencia más significativa era la del nombre de su propietario, pues se atribuía a un tal Seremhatrekhyt. Sin embargo, entonces ya sabíamos que este término es un título administrativo y, por tanto, ése era el cargo de quien encargó construir el edificio, pero no su nombre propio. Las inscripciones encontradas desde la segunda campaña de excavaciones le denominan njs-m-r(3), Nisemro (o cs-m-r(3) o dw-m-r(3), Ashemro o Djuemro, pues el primer signo tiene varias lecturas)..
En cuanto a la cronología de la TT 209, la bibliografía atribuía su construcción a alguien que habría vivido bajo la Dinastía saíta. Sin embargo, no se daba una explicación satisfactoria a esta fecha. Por su ubicación, nosotros propusimos, al iniciar el proyecto, que había que tener en cuenta también la posibilidad de que pudiera ser de los últimos momentos de la denominada Dinastía XXIIA tebana o inicios de su sucesora, la XXV (en torno al s. VIII a.e.). Las inscripciones halladas y, sobre todo, un relieve del propietario, han confirmado esa segunda posibilidad y ahora no hay duda de que su propietario era de origen nubio y que la tumba debe fecharse en la Dinastía XXV.
No se ha reconocido, por ahora, ninguna alusión al monumento en narraciones de viajeros o en las obras de los primeros egiptólogos del siglo XIX. La primera noticia documentada de la tumba está en los trabajos de excavación realizados por R. Mond a comienzos del s. XX y que quedaron inéditos: nunca se publicaron los resultados salvo alguna referencia muy breve.
La ubicación de la TT 209 en un wadi no es algo habitual. El depósito sedimentario que lo colmata ha de permitir el análisis del régimen de lluvias en la necrópolis tebana. Otro de los objetivos es entender su situación en el marco del paisaje ritual de la región. Tumbas de una cronología algo anterior, de las dinastías XXI y XXII, fueron excavadas por un equipo alemán en la década de 1920 más abajo en el wadi, en torno a su zona de unión con el Ramesseum. En consecuencia, la TT 209 parece prolongar hacia el interior del desierto un uso más antiguo del wadi como necrópolis. Al mismo tiempo, la calzada que atraviesa la zona prolonga la ruta que une el templo de Luxor y la Mansión de Millones de años de Ramsés II y que pudo ser marco de una versión meridional de la procesión de la Bella Fiesta del Valle.
La información disponible sobre la tumba cuando se inició nuestro proyecto era muy escasa. La carencia más significativa era la del nombre de su propietario, pues se atribuía a un tal Seremhatrekhyt. Sin embargo, entonces ya sabíamos que este término es un título administrativo y, por tanto, ése era el cargo de quien encargó construir el edificio, pero no su nombre propio. Las inscripciones encontradas desde la segunda campaña de excavaciones le denominan njs-m-r(3), Nisemro (o cs-m-r(3) o dw-m-r(3), Ashemro o Djuemro, pues el primer signo tiene varias lecturas)..
En cuanto a la cronología de la TT 209, la bibliografía atribuía su construcción a alguien que habría vivido bajo la Dinastía saíta. Sin embargo, no se daba una explicación satisfactoria a esta fecha. Por su ubicación, nosotros propusimos, al iniciar el proyecto, que había que tener en cuenta también la posibilidad de que pudiera ser de los últimos momentos de la denominada Dinastía XXIIA tebana o inicios de su sucesora, la XXV (en torno al s. VIII a.e.). Las inscripciones halladas y, sobre todo, un relieve del propietario, han confirmado esa segunda posibilidad y ahora no hay duda de que su propietario era de origen nubio y que la tumba debe fecharse en la Dinastía XXV.
En el dibujo de la planta realizado por D. Eigner puede apreciarse cómo el monumento se compone de una sucesión de los siguientes elementos:
· un patio a cielo abierto; nuestras campañas han descubierto que es más ancho que el que aquí se representa, rodeado de muros de adobes y que en él se abre una rampa monumental con escalera en la parte central que conduce hacia las cámaras subterráneas;
· una sala transversal, un espacio que es típico en las tumbas tebanas del Reino Nuevo, pero no del Periodo Tardío (1); durante nuestra tercera campaña hemos descubierto una puerta en la pared occidental, no representada en este plano, que aún no sabemos hacia qué espacio conduce;
· una sala hipóstila con cuatro pilares, que es la forma que adopta la segunda sala en la mayoría de las grandes tumbas del Periodo Tardío (2);
· una antecámara, de la que sale un pozo funerario en el plano de R. L. Mond pero no en este de D. Eigner (3), y que da acceso a
· dos cámaras funerarias, a ambos lados del eje central (4 y 5), lo que es de nuevo una disposición anómala en comparación con el resto de las tumbas tardías;
· una de estas cámaras contiene otro pozo (S4) con cámara lateral (6).
Las cuatro campañas ya desarrolladas están mostrando que la arquitectura de la tumba es más compleja que la que podía deducirse por estos trabajos previos.
La excavación no ha alcanzado, todavía, los pozos previstos para los enterramientos originales. En el patio y la sala transversal se han identificado los restos cerámicos de rituales celebrados en dos reutilizaciones de la tumba. La primera es del siglo IV a.e., ligada a nuevos usos funerarios. La segunda es del Periodo Ptolemaico, relacionada probablemente con el uso del edificio como lugar de culto.
· un patio a cielo abierto; nuestras campañas han descubierto que es más ancho que el que aquí se representa, rodeado de muros de adobes y que en él se abre una rampa monumental con escalera en la parte central que conduce hacia las cámaras subterráneas;
· una sala transversal, un espacio que es típico en las tumbas tebanas del Reino Nuevo, pero no del Periodo Tardío (1); durante nuestra tercera campaña hemos descubierto una puerta en la pared occidental, no representada en este plano, que aún no sabemos hacia qué espacio conduce;
· una sala hipóstila con cuatro pilares, que es la forma que adopta la segunda sala en la mayoría de las grandes tumbas del Periodo Tardío (2);
· una antecámara, de la que sale un pozo funerario en el plano de R. L. Mond pero no en este de D. Eigner (3), y que da acceso a
· dos cámaras funerarias, a ambos lados del eje central (4 y 5), lo que es de nuevo una disposición anómala en comparación con el resto de las tumbas tardías;
· una de estas cámaras contiene otro pozo (S4) con cámara lateral (6).
Las cuatro campañas ya desarrolladas están mostrando que la arquitectura de la tumba es más compleja que la que podía deducirse por estos trabajos previos.
La excavación no ha alcanzado, todavía, los pozos previstos para los enterramientos originales. En el patio y la sala transversal se han identificado los restos cerámicos de rituales celebrados en dos reutilizaciones de la tumba. La primera es del siglo IV a.e., ligada a nuevos usos funerarios. La segunda es del Periodo Ptolemaico, relacionada probablemente con el uso del edificio como lugar de culto.