9 de agosto de 2016, martes
Teníamos el temor, cuando preparábamos la campaña, que los pilares de la sala a la que dan nombre (PH: Pillared Hall), estuvieran debilitados y no estuvieran cumpliendo su función de soporte del techo. Tuvimos que plantearnos cómo actuar si a medida que retirásemos estratos íbamos encontrando sus fragmentos desmoronados en torno a su emplazamiento original. No se trata de que seamos pesimistas, sino que es necesario tener pensadas las posibles soluciones y preparados los materiales o al menos localizado dónde conseguirlos si se hacía necesario usarlos. Por fortuna la situación no ha sido esa. Sólo uno de los dos pilares que se habían despejado el año pasado estaba débil, como vimos entonces. Los dos liberados de sedimentos en esta campaña se conservan relativamente bien.
Para ese pilar SE que ya sabíamos afectado por problemas de estabilidad habíamos creado un tratamiento que ha podido aplicarse mientras el equipo excavaba en la mitad septentrional de la cámara. Varias fracturas verticales y paralelas habían hecho que las diversas partes del pilar se desplazasen en el plano de ruptura y las partes exteriores habían perdido su función de soporte. Por fortuna, debido a las pequeñas dimensiones de la sala y el número de pilares –cuatro–, estos soportan unas cargas reducidas. Así, se consideró necesario unir esas diversas secciones en que se había dividido el pilar para que este recuperase su continuidad funcional. Para hacerlo se ha empezado por una limpieza superficial; después se han retirado los sedimentos que habían entrado en las grietas; a continuación, la parte más llamativa de la operación, se han rellenado las fracturas con un mortero aplicado mediante una jeringuilla, como se ve en la imagen del día; Y por último se han sellado las grietas y fisuras con mortero de cal, arena y árido calizo, como se vio en la entrada del 31 de julio. Al término de la campaña, el pilar ha recuperado su estabilidad y gracias a la identificación de varios bloques de estuco caídos, incluso parcialmente su perfil original, al menos parcialmente. Todos nos sentiremos más seguros dentro de esa cámara en la próxima campaña, el último espacio de la TT 209 donde quedan algunos sedimentos que retirar, salvo los pozos.
Para ese pilar SE que ya sabíamos afectado por problemas de estabilidad habíamos creado un tratamiento que ha podido aplicarse mientras el equipo excavaba en la mitad septentrional de la cámara. Varias fracturas verticales y paralelas habían hecho que las diversas partes del pilar se desplazasen en el plano de ruptura y las partes exteriores habían perdido su función de soporte. Por fortuna, debido a las pequeñas dimensiones de la sala y el número de pilares –cuatro–, estos soportan unas cargas reducidas. Así, se consideró necesario unir esas diversas secciones en que se había dividido el pilar para que este recuperase su continuidad funcional. Para hacerlo se ha empezado por una limpieza superficial; después se han retirado los sedimentos que habían entrado en las grietas; a continuación, la parte más llamativa de la operación, se han rellenado las fracturas con un mortero aplicado mediante una jeringuilla, como se ve en la imagen del día; Y por último se han sellado las grietas y fisuras con mortero de cal, arena y árido calizo, como se vio en la entrada del 31 de julio. Al término de la campaña, el pilar ha recuperado su estabilidad y gracias a la identificación de varios bloques de estuco caídos, incluso parcialmente su perfil original, al menos parcialmente. Todos nos sentiremos más seguros dentro de esa cámara en la próxima campaña, el último espacio de la TT 209 donde quedan algunos sedimentos que retirar, salvo los pozos.