11 de enero de 2018, jueves
Con seis meses de retraso respecto a la fecha que habíamos previsto inicialmente, los trámites administrativos para iniciar la campaña se han resuelto en una única mañana. Hassaan, una vez más, ha sido fundamental para que esto pudiera hacerse con tanta eficacia. Primero conseguimos la firma del director de Luxor, en su oficina de la Orilla Oriental, por detrás del Museo de Luxor. Siempre es un momento maravilloso el de atravesar el Nilo, pero en estas ocasiones en que unos minutos de retraso pueden suponer un día adicional de burocracia, el trayecto en barca se disfruta un poco menos. Después vino el acuerdo del director de la Orilla Occidental, en las oficinas del Ministerio que conocemos como el Taftich y la del director de Misiones Arqueológicas. A las 12.30 teníamos todo terminado y hasta nos dio tiempo para una visita “sentimental” al yacimiento por unos brevísimos minutos, para saludar a Nisemro y ver que en el exterior todo estaba como lo habíamos dejado un año y medio antes.
En la mañana de hoy, la puerta que llevaba quince meses cerrada, se ha abierto por fin. Pero no culpemos al objeto por sus cerrojos. Al contrario, agradezcámosle que ha servido para proteger lo que se guarda en su interior.
Al entrar, la TH presenta una capa de sedimento traída por el viento de unos centímetros. En las otras cámaras hay polvo, pero no tan llamativo. No es una observación banal, pues implica que el depósito sedimentario que estamos excavando no se ha formado solo por los materiales introducidos por la lluvias, sino que hay también una cierta aportación eólica.
La sorpresa menos agradable es que las etiquetas de cartón en el exterior de las cajas de cerámica, guardadas en la AC, están cubiertas de un moho negro. Se puede barrer con una simple brocha porque las salas se han ido secando y con ellas todo lo que contenían. Pero en el aire se quedan flotando sombríamente sus restos, haciendo difícil la respiración. ¿No dicen los “amigos de los misterios” que determinados hongos que crecen en las tumbas egipcias fueron los responsables de la muerte de Lord Carnarvon? ¡Por fortuna a nosotros no nos afectarán, pues siempre usamos mascarilla cuando trabajamos en el interior! :-)
En la mañana de hoy, la puerta que llevaba quince meses cerrada, se ha abierto por fin. Pero no culpemos al objeto por sus cerrojos. Al contrario, agradezcámosle que ha servido para proteger lo que se guarda en su interior.
Al entrar, la TH presenta una capa de sedimento traída por el viento de unos centímetros. En las otras cámaras hay polvo, pero no tan llamativo. No es una observación banal, pues implica que el depósito sedimentario que estamos excavando no se ha formado solo por los materiales introducidos por la lluvias, sino que hay también una cierta aportación eólica.
La sorpresa menos agradable es que las etiquetas de cartón en el exterior de las cajas de cerámica, guardadas en la AC, están cubiertas de un moho negro. Se puede barrer con una simple brocha porque las salas se han ido secando y con ellas todo lo que contenían. Pero en el aire se quedan flotando sombríamente sus restos, haciendo difícil la respiración. ¿No dicen los “amigos de los misterios” que determinados hongos que crecen en las tumbas egipcias fueron los responsables de la muerte de Lord Carnarvon? ¡Por fortuna a nosotros no nos afectarán, pues siempre usamos mascarilla cuando trabajamos en el interior! :-)
12 de enero de 2018, viernes
La montaña de escombros frente al patio de la TT 209 ha sido desde la primera campaña el lugar para tomar las vistas generales del proceso de la excavación en el exterior. Aunque no la hemos producido nosotros, este año será uno de nuestros primeros objetivos. Retiraremos ese amontonamiento de piedras y tierras que cubren el wadi pues necesitamos recuperar el espacio que ocupa por dos razones: continuar excavando la parte delantera del patio para saber cómo se relaciona con el cauce y despejar el lecho antiguo del barranco para que las aguas vuelvan a correr por él, en caso de lluvia, a menor altura que en la actualidad y evitar que entren en las cámaras subterráneas.
De alguna manera, su retirada resulta también para nosotros una imagen de los problemas que hemos necesitado vencer para poder desarrollar el proyecto. Y en especial para iniciar esta misma campaña, pues desde 2012 en que empezamos el trabajo de campo no nos había sucedido que los retrasos nos hicieran perder por completo un año.
De alguna manera, su retirada resulta también para nosotros una imagen de los problemas que hemos necesitado vencer para poder desarrollar el proyecto. Y en especial para iniciar esta misma campaña, pues desde 2012 en que empezamos el trabajo de campo no nos había sucedido que los retrasos nos hicieran perder por completo un año.