18 de marzo de 2020, miércoles
Ayer pasamos la tarde recogiendo los muchísimos objetos que tenemos par la casa y que nos facilitan el trabajo y la vida diaria: desde vajilla y cubiertos a material de papelería y los instrumentos delicados que se usan en la excavación. Era ya tarde cuando conseguimos dejarlo todo empaquetado en un pasillo formando dos montañas de cajas que vendrán a recoger en unos días. Y todavía había que terminar las maletas y distribuir la información que habíamos reunido en el yacimiento durante la mañana. Hasta medianoche nos quedamos trabajando, cenando algunos manjares que no iban a regresar, dispuestos entre ordenadores y discos duros, compartiendo dos Stellas que aparecieron en una nevera, conversando.
A las 3.45 estábamos bajando los equipajes y diciendo adiós a la casa que nos alojó y al vecindario que nos acogió estas breves y estupendas tres semanas y media.
El aeropuerto de Luxor, pequeño y siempre tranquilo no nos sorprendió. Pero la terminal internacional de El Cairo, a la que se accede a través de conexiones internas, estaba bastante vacía, salvo la sala de nuestro vuelo, y eso sí era más sorprendente.
La foto recoge la llegada de las maletas en el aeropuerto completamente vacío de Madrid-Barajas-Adolfo Suárez. Solo tres vuelos aparecían en las pantallas de llegadas. Uno a media mañana, el nuestro a medio día y otro unas horas después. Si había algún otro programado, no estaba señalado. Impresionante.
A las 3.45 estábamos bajando los equipajes y diciendo adiós a la casa que nos alojó y al vecindario que nos acogió estas breves y estupendas tres semanas y media.
El aeropuerto de Luxor, pequeño y siempre tranquilo no nos sorprendió. Pero la terminal internacional de El Cairo, a la que se accede a través de conexiones internas, estaba bastante vacía, salvo la sala de nuestro vuelo, y eso sí era más sorprendente.
La foto recoge la llegada de las maletas en el aeropuerto completamente vacío de Madrid-Barajas-Adolfo Suárez. Solo tres vuelos aparecían en las pantallas de llegadas. Uno a media mañana, el nuestro a medio día y otro unas horas después. Si había algún otro programado, no estaba señalado. Impresionante.
Postdata: No dejemos el diario con esa nota de desolación. Aunque al llegar nos comunicaron que el vuelo a Tenerife estaba anulado, finalmente los miembros del equipo residentes en Canarias conseguimos llegar a nuestras respectivas casas al día siguiente. Con retraso, pero el viaje tuvo un final feliz. Ojalá la pesadilla termine pronto y volvamos a pensar en la puerta de la SC4 y qué veremos cuando la podamos atravesar.
17 de marzo de 2020, martes
Hemos tenido que acelerar la documentación de algunos hallazgos para que podamos utilizar esa información en los meses próximos y asegurarnos de que el tiempo de estancia durante esta campaña ha sido del máximo provecho. Algunos ushebtis de arcilla requerían ser fotografiados de manera un poco más específica. Se hacía imprescindible terminar de retirar los últimos restos del deslizamiento de piedras y derrumbe de adobes que todavía cubrían la base del muro que cierra el patio por el oeste; también había que despejar un poco más los restos del pilono, para poder delimitar con certeza sus límites y trazar, por fin, la planta del patio de la TT 209. Había que terminar de fotografiar las paredes y el suelo de la cámara de enterramiento del eje principal, la que atribuimos a Nisemro, en la que aparecieron hace dos años los cuatro agujeros para una cama, para una futura fotogrametría. En la fotografía, Sergio y Alfonso se ocupan de fotografiar los restos del pilono, resumiendo en esa imagen la de todo el equipo ocupado hoy en reunir el máximo de información posible al tiempo que íbamos cerrando los espacios de trabajo de esta campaña.
Más información sobre el muro, en cuanto podamos. Ojalá estemos trabajando de nuevo en él en un mundo normalizado, desde febrero de 2021.
Más información sobre el muro, en cuanto podamos. Ojalá estemos trabajando de nuevo en él en un mundo normalizado, desde febrero de 2021.
Tras las labores de documentación han venido las de protección. Un estudio reciente ha enfatizado la importancia que tenía en la religión egipcia el vendado de los objetos sagrado. No es que estemos vendando el muro de adobes que ha sobrevivido al paso de tantas riadas, pero, simbólicamente, podríamos ver el trato que le estamos dando a una valoración cercana a la de objeto de veneración.
Por último, hubo que pagar al equipo local, desmontar la tienda limpiando algunas lágrimas, asegurarnos de que todo quedaba bien protegido en el interior y bien embalado lo que se estaban ya llevando al almacén exterior, como todas lo que está fabricado de madera, para evitar que sea atacado por las termitas. Ya eran las 4.00 de la tarde y la policía ha venido un par de veces para recordarnos que en esta área de la necrópolis no puede haber nadie desde las 15.00.
Por último, hubo que pagar al equipo local, desmontar la tienda limpiando algunas lágrimas, asegurarnos de que todo quedaba bien protegido en el interior y bien embalado lo que se estaban ya llevando al almacén exterior, como todas lo que está fabricado de madera, para evitar que sea atacado por las termitas. Ya eran las 4.00 de la tarde y la policía ha venido un par de veces para recordarnos que en esta área de la necrópolis no puede haber nadie desde las 15.00.
Como en otras ocasiones, la TT 209 se ha despedido a lo grande. Hacía ya varios años que no terminábamos el diario mostrando una puerta como promesa de maravillas para la campaña siguiente. Pero este año la tenemos. Alguna alegría teníamos que darnos en tan triste día. En las primeras horas de la mañana, tras la protección de las momias para los meses próximos, retiramos la parte superior del perfil de la SC3. Queríamos ver si se confirmaba la impresión que parecía vislumbrarse por encima de los estratos, en los escasos centímetros entre estos y el techo. Y sí, se ha confirmado. Existe una puerta que guía hacia una side chamber 4, cámara lateral 4. En el espacio libre bajo el dintel del vano, se identifica una superficie de sedimentos que alcanza al menos un par de metros de profundidad.
16 de marzo de 2020, lunes
Sergio es uno de los miembros del equipo más preocupados por innovaciones técnicas. No es el único, claro, pero estar al día en las mejoras de las estaciones totales, los programas informáticos para el tratamiento de las coordenadas tridimensionales, los TINs, las shapes, la fotogrametría, la ortofotografía … forma parte de su labor. Con frecuencia terminamos riendo por la cantidad de neologismos que nos fuerza a aprender en cada campaña. Sin embargo, el tratamiento posterior de todos esos datos deriva también de las notas tomadas en un cuaderno con un rotulador. Sin esa información no podría conseguir, por ejemplo, las reconstrucciones tridimensionales que él crea y que figuran en este diario, como las de la semana pasada. Muy novedosas, indudablemente. Pero, en última instancia, dependientes de tinta y papel/papiro, lo mismo que usaban los matemáticos y arquitectos egipcios antiguos hace varios miles de años.
En la cámara lateral 3, el perfil se ha convertido en un pequeño problema pues la última momia aparecida se introduce bajo él. Como prevemos que por debajo debe de queda poca potencia de sedimentos, hemos decidido retirarlo, al menos parcialmente, para facilitar la excavación y posterior extracción de la momia. Antes de eso hay que fotografiarlo y tomar las coordenadas de los puntos de referencia. Con esa documentación podremos crear digitalmente un mosaico de fotografías y usar estas como base para el dibujo del perfil. No es complicado, pero ha de estar bien iluminado y en eso se ocupan Sergio y Jared mientras José Miguel se encarga de la fotografía.
Al volver a casa tras el trabajo hemos tenido que tomar una decisión dificilísima.
Ya habíamos pensado durante la mañana que los miembros del equipo con hijos/as pequeños/as regresaran a casa para no tenerlos en vilo por su situación. Pero apenas llegamos recibimos un aviso de amigos, confirmado por la embajada española en El Cairo, que el gobierno egipcio acababa de anunciar el cierre del espacio aéreo para el próximo jueves 19 de marzo. No sabiendo cuándo podrá reabrirse, no podemos quedarnos aquí sin seguridad de que podamos mantener nuestras fechas previstas para el regreso. Tenemos que cerrar la campaña.
La imagen es la del último atardecer egipcio en esta campaña desde la terraza de nuestra casa. Mañana estaremos tan liados que no podremos pensar en cuestiones estéticas o sentimentales.
Ya habíamos pensado durante la mañana que los miembros del equipo con hijos/as pequeños/as regresaran a casa para no tenerlos en vilo por su situación. Pero apenas llegamos recibimos un aviso de amigos, confirmado por la embajada española en El Cairo, que el gobierno egipcio acababa de anunciar el cierre del espacio aéreo para el próximo jueves 19 de marzo. No sabiendo cuándo podrá reabrirse, no podemos quedarnos aquí sin seguridad de que podamos mantener nuestras fechas previstas para el regreso. Tenemos que cerrar la campaña.
La imagen es la del último atardecer egipcio en esta campaña desde la terraza de nuestra casa. Mañana estaremos tan liados que no podremos pensar en cuestiones estéticas o sentimentales.
15 de marzo de 2020, domingo
Anoche oímos cómo el gobierno español decretaba el estado de alarma en nuestro país. Las redes y el acceso a la prensa nos mantienen informados –sobreinformados, probablemente– de manera que no nos ha pillado por sorpresa. Pero se nos hace difícil imaginar la situación y comprender cómo se sienten nuestras familias y allegados, por la distancia. La imagen del día intenta poner una nota de humor que reduzca la sensación general de intranquilidad.
Estamos teniendo un final del invierno más caluroso que el año pasado, cuando la mayoría de los días fueron nublados y ventosos. Salvo en el anterior finde (jueves y viernes pasados), llevamos unos días en que el sol está siendo más fuerte que la niebla matutina o las escasas nubes altas. Por eso Daniel se ha preparado un curioso dispositivo junto a su zona de excavación. Y, dicharachero como siempre, no ha dejado de hacérselo notar a todo el mundo. Unos adobes retirados de la protección de la puerta le han servido para construir una mastaba que hace las veces de mesa para escribir y dejar a mano los instrumentos, de respaldo de silla y de base para la sobrilla. Todo en uno, rápido y con material disponibles: el colmo de la funcionalidad.
Lo cierto es que no tiene mucho tiempo para poder descansar a la sombra. El área que excava es, por fin, los estratos en los que aparecieron, en enero de 2014, los seis recipientes del depósito de momificación. Y nos está proporcionando informaciones complicadas de interpretar sobre la ubicación original de los recipientes, los desplazamientos de la ladera, desmoronamientos de muros y, por debajo de todo eso, los restos aún visibles del cierre occidental del patio.
Estamos teniendo un final del invierno más caluroso que el año pasado, cuando la mayoría de los días fueron nublados y ventosos. Salvo en el anterior finde (jueves y viernes pasados), llevamos unos días en que el sol está siendo más fuerte que la niebla matutina o las escasas nubes altas. Por eso Daniel se ha preparado un curioso dispositivo junto a su zona de excavación. Y, dicharachero como siempre, no ha dejado de hacérselo notar a todo el mundo. Unos adobes retirados de la protección de la puerta le han servido para construir una mastaba que hace las veces de mesa para escribir y dejar a mano los instrumentos, de respaldo de silla y de base para la sobrilla. Todo en uno, rápido y con material disponibles: el colmo de la funcionalidad.
Lo cierto es que no tiene mucho tiempo para poder descansar a la sombra. El área que excava es, por fin, los estratos en los que aparecieron, en enero de 2014, los seis recipientes del depósito de momificación. Y nos está proporcionando informaciones complicadas de interpretar sobre la ubicación original de los recipientes, los desplazamientos de la ladera, desmoronamientos de muros y, por debajo de todo eso, los restos aún visibles del cierre occidental del patio.
14 de marzo de 2020, sábado
La mejor imagen posible del día de hoy se ha producido nada más llegar al yacimiento. Ha estado lloviendo dos días en el norte de Egipto, con consecuencias dramáticas para la población y daños en algunos monumentos. Ha habido inundaciones en Qena, a un centenar de kilómetros de nosotros. Pero en Luxor solo ha caído gotas, no una lluvia como tal y la piedra ha absorbido el agua sin que corrieran los wadis. Nos hemos librado de una auténtica catástrofe, porque en estos momentos la TT 209 está en su mayor nivel de vulnerabilidad desde que se inició el proyecto hace ocho años. Al iniciar la campaña, retiramos los muros de protección que ponemos cada año al cerrar la campaña precedente. Con ellos intentamos evitar la entrada de una riada en las cámaras subterráneas en caso de lluvia. Además, precisamente en estos días, estamos excavando los cauces de las riadas que entraron en el interior, cauces que se habrían convertido en vías de agua directas a las cámaras si se hubieran producido precipitaciones importantes en la montaña tebana durante este fin de semana. Han sido unos días de nervios, adicionales a los que ya estamos pasando por la situación del Covid19 en España y nuestros familiares. Y la imagen de los trabajadores retirando los sacos con los que protegimos la puerta nos da una gran alegría.