30 de junio de 2015, martes
Hoy hemos estado trabajando el perfil que ha quedado tras la primera fase de excavación de la cámara lateral 1, SC1, a 3,5 m de la entrada. El perfil ha sido fotografiado en varias tomas, con señales que permitan la unión de las imágenes y, al mismo tiempo, proporcionen la referencia cartográfica del depósito.
Las imágenes unidas formarán un mosaico que se usará para dibujar el perfil. Para completar esa labor hemos procedido a reconocer cada estrato, mediante los datos de la excavación y el análisis visual. Las etiquetas con los números, las de mayor tamaño en la imagen, diferencian cada riada y las más pequeñas, con letras, las distintas fases de cada episodio de inundación, desde el momento más erosivo de la entrada rápida de las aguas hasta la decantación de los limos cuando las cámaras quedaron anegadas.
La comparación de la secuencia de episodios de esta cámara con la de otras zonas de la tumba podría permitir reconocer coincidencias cronológicas. La altura del depósito actual es de 2.5 m y aún no hemos alcanzado su base. En un ambiente desértico como el que actualmente caracteriza a la necrópolis tebana, cuesta imaginar cómo transcurriría y durante cuánto tiempo, la sucesión de episodios de lluvia que fue capaz de dar lugar a un relleno sedimentario de tal potencia. Para nosotros puede convertirse en una fuente de información climatológica muy significativa.
Las imágenes unidas formarán un mosaico que se usará para dibujar el perfil. Para completar esa labor hemos procedido a reconocer cada estrato, mediante los datos de la excavación y el análisis visual. Las etiquetas con los números, las de mayor tamaño en la imagen, diferencian cada riada y las más pequeñas, con letras, las distintas fases de cada episodio de inundación, desde el momento más erosivo de la entrada rápida de las aguas hasta la decantación de los limos cuando las cámaras quedaron anegadas.
La comparación de la secuencia de episodios de esta cámara con la de otras zonas de la tumba podría permitir reconocer coincidencias cronológicas. La altura del depósito actual es de 2.5 m y aún no hemos alcanzado su base. En un ambiente desértico como el que actualmente caracteriza a la necrópolis tebana, cuesta imaginar cómo transcurriría y durante cuánto tiempo, la sucesión de episodios de lluvia que fue capaz de dar lugar a un relleno sedimentario de tal potencia. Para nosotros puede convertirse en una fuente de información climatológica muy significativa.
29 de junio de 2015, lunes
En la campaña pasada no quisimos iniciar la retirada de los últimos estratos de la sala transversal. Temíamos que si aparecía testimonios de la actividad cultual, al tener que ralentizar la excavación, no tuviésemos tiempo de concluir el trabajo con la meticulosidad necesaria. El descubrimiento de una mesa de ofrendas por Robert Mond y otra por nosotros mismos eran los precedentes de que podíamos encontrarnos en esa situación.
Nuestra precaución ha resultado correcta, pues las evidencias materiales de un ritual funerario están apareciendo en un número muy alto en forma, por ahora, de recipientes cerámicos. No son testimonios de vida cotidiana sino ceremoniales, pues junto a los grandes contenedores aparecen también copas con el borde quemado.
En la fotografía se muestran dos de los recipientes. Aunque están encerrados en una matriz de arena traída por una riada, es evidente que ninguno ha llegado del exterior. Están completos en un número muy alto, lo que indica que no han sido arrastrados por el agua ni han caído desde el patio a la escalera y luego a las cámaras subterráneas. De haber ocurrido esto estarían rotos y sus fragmentos dispersos. Los encontramos en el mismo lugar o a corta distancia de donde fueron depositados en un acto piadoso.
En cuanto al momento en que esa ceremonia tuvo lugar, no parece ser la del enterramiento original. La cronología de estas cerámicas es al menos cuatrocientos años posterior a la construcción de la TT 209. La vasija ovoide puede atribuirse a los momentos finales de las últimas dinastías independientes y el segundo periodo de dominación persa, en torno a la primera mitad del siglo IV a.e.
Nuestra precaución ha resultado correcta, pues las evidencias materiales de un ritual funerario están apareciendo en un número muy alto en forma, por ahora, de recipientes cerámicos. No son testimonios de vida cotidiana sino ceremoniales, pues junto a los grandes contenedores aparecen también copas con el borde quemado.
En la fotografía se muestran dos de los recipientes. Aunque están encerrados en una matriz de arena traída por una riada, es evidente que ninguno ha llegado del exterior. Están completos en un número muy alto, lo que indica que no han sido arrastrados por el agua ni han caído desde el patio a la escalera y luego a las cámaras subterráneas. De haber ocurrido esto estarían rotos y sus fragmentos dispersos. Los encontramos en el mismo lugar o a corta distancia de donde fueron depositados en un acto piadoso.
En cuanto al momento en que esa ceremonia tuvo lugar, no parece ser la del enterramiento original. La cronología de estas cerámicas es al menos cuatrocientos años posterior a la construcción de la TT 209. La vasija ovoide puede atribuirse a los momentos finales de las últimas dinastías independientes y el segundo periodo de dominación persa, en torno a la primera mitad del siglo IV a.e.
28 de junio de 2015, domingo
Anoche se incorporaron cinco miembros al equipo, Daniel, Cristo, Juan Carlos, José Miguel y Dulce. Hoy la mañana les da este curioso recibimiento. La humedad relativa ha subido considerablemente y también la calima, el polvo en suspensión. La consecuencia es este cielo blanquecino, tan espeso que no hemos distinguido en toda la mañana la posición del sol.
Los cinco recién incorporados son laguneros y hemos estado bromeando con el clima del día y el de nuestra ciudad. A los que no sean de Canarias hay que advertirles que La Laguna tiene su propia personalidad climática, bien conocida en el Archipiélago. La primavera permanente que con relativa veracidad se atribuye a las islas Canarias en su caso tiene “matices”. A los que vivimos en ella nos gusta así. Y hoy nos daba la impresión que sus cielos nubosos y su humedad se habían desplazado al otro extremo del norte de África para acompañar a los viajeros y darnos a todos un respiro y a ellos unas horas suplementarias para la adaptación al verano continental.
Los cinco recién incorporados son laguneros y hemos estado bromeando con el clima del día y el de nuestra ciudad. A los que no sean de Canarias hay que advertirles que La Laguna tiene su propia personalidad climática, bien conocida en el Archipiélago. La primavera permanente que con relativa veracidad se atribuye a las islas Canarias en su caso tiene “matices”. A los que vivimos en ella nos gusta así. Y hoy nos daba la impresión que sus cielos nubosos y su humedad se habían desplazado al otro extremo del norte de África para acompañar a los viajeros y darnos a todos un respiro y a ellos unas horas suplementarias para la adaptación al verano continental.
27 de junio de 2015, sábado
Una de las actuaciones más significativas de la última campaña fue la recuperación de la línea de fachada de las cámaras funerarias, cubriendo el agujero que deformaba la parte superior.
En la campaña actual, uno de los primeros objetivos que vamos a concluir, pues ya quedaba muy poco para terminar la tarea, es la retirada del depósito estratigráfico en la sala transversal. Los escasos 50 centímetros de altura de estratos han de guardar información muy valiosa que iremos descubriendo en esta semana.
Uno de los primeros hallazgos es este enorme bloque de pared. En principio, no es especialmente atractivo, pero la información que nos proporciona sí lo es. Su silueta se corresponde con la cara interior del agujero de la fachada que cerramos el año pasado, por lo que no tenemos ninguna duda de dónde procede. Está justo debajo de ese agujero pero girado respecto a la posible posición original, por lo que no se encuentra donde se cayó, sino que hubo alguna manipulación, aunque no parece que se intentase sacar de la cámara. Es un gran bloque de estuco, lo que indica que en época antigua ya fue necesario hacer algún tipo de reparación de la fachada. Y, por último, la cerámica que identificamos en los estratos que lo cubrían (y que no hemos terminado de estudiar pues se están excavando ahora), parece ser de fines del I milenio a.e., lo que indicaría que el agujero pudo quedar abierto desde época antigua.
La primera idea que puede venir a la cabeza es que a fines de la anterior campaña habíamos cubierto el hueco y ahora aparecían los restos que deberían estar en ese lugar. Pero en realidad no sería conveniente devolverlo al lugar de donde cayó, pues si no tuvo estabilidad en el pasado, tampoco la daría ahora. El cierre que aplicamos nosotros parece más firme y refuerza con más consistencia el techo abovedado.
En la campaña actual, uno de los primeros objetivos que vamos a concluir, pues ya quedaba muy poco para terminar la tarea, es la retirada del depósito estratigráfico en la sala transversal. Los escasos 50 centímetros de altura de estratos han de guardar información muy valiosa que iremos descubriendo en esta semana.
Uno de los primeros hallazgos es este enorme bloque de pared. En principio, no es especialmente atractivo, pero la información que nos proporciona sí lo es. Su silueta se corresponde con la cara interior del agujero de la fachada que cerramos el año pasado, por lo que no tenemos ninguna duda de dónde procede. Está justo debajo de ese agujero pero girado respecto a la posible posición original, por lo que no se encuentra donde se cayó, sino que hubo alguna manipulación, aunque no parece que se intentase sacar de la cámara. Es un gran bloque de estuco, lo que indica que en época antigua ya fue necesario hacer algún tipo de reparación de la fachada. Y, por último, la cerámica que identificamos en los estratos que lo cubrían (y que no hemos terminado de estudiar pues se están excavando ahora), parece ser de fines del I milenio a.e., lo que indicaría que el agujero pudo quedar abierto desde época antigua.
La primera idea que puede venir a la cabeza es que a fines de la anterior campaña habíamos cubierto el hueco y ahora aparecían los restos que deberían estar en ese lugar. Pero en realidad no sería conveniente devolverlo al lugar de donde cayó, pues si no tuvo estabilidad en el pasado, tampoco la daría ahora. El cierre que aplicamos nosotros parece más firme y refuerza con más consistencia el techo abovedado.
26 de junio de 2015, viernes
Las imágenes de las salas en que estamos trabajando al final de la semana, SC1 y PH respectivamente.
25 de junio de 2015, jueves
Tenemos la seguridad de que la tumba es de la dinastía kushita. Hemos leído un nombre que puede entenderse en el contexto de la egipcianización de la onomástica nubia. El título principal del propietario tiene un único paralelo en un funcionario nubio de comienzos de la dinastía XXV y el conjunto de la titulatura de ambos es similar. Pero apenas hemos encontrado restos de cultura material que puedan atribuirse a esa dinastía. Por eso esta copa es especialmente importante para nosotros. La forma y la pasta tienen un paralelo directo en recipientes de esa cronología. Es el primer objeto completo encontrado en la tumba que puede atribuirse a esa dinastía. Aunque no apareció en estratos de utilización de la tumba, sino en el depósito de una riada, para nosotros es tan valiosa como si fuera el Grial.
24 de junio de 2015, miércoles
La sala de pilares empieza a darnos sorpresas tan pronto como iniciamos la retirada de estratos. Ahora nos podemos permitir alzar la cabeza con un poco menos de miedo a golpearnos con el techo y, con eso, podemos prestar más atención a las paredes que ya son visibles.
Una de las características más notables que hemos reconocido es el modelo de cierre del vano entre los pilares. Habitualmente, en las tumbas tardías, las salas de pilares presentan en el techo un resalte longitudinal que va del muro de entrada al opuesto, por encima de los pilares, dando la impresión que hay una viga sobre ellos. En alguna tumba, el frente que da a la nave central se decora con una línea de texto que lo recorre en toda su extensión. Aunque menos alto que en las otras tumbas, la TT 209 también la presenta.
Una de las características más notables que hemos reconocido es el modelo de cierre del vano entre los pilares. Habitualmente, en las tumbas tardías, las salas de pilares presentan en el techo un resalte longitudinal que va del muro de entrada al opuesto, por encima de los pilares, dando la impresión que hay una viga sobre ellos. En alguna tumba, el frente que da a la nave central se decora con una línea de texto que lo recorre en toda su extensión. Aunque menos alto que en las otras tumbas, la TT 209 también la presenta.
23 de junio de 2015, martes
Entre los materiales con una cronología precisa hallados en el patio, tenemos varios recipientes ptolemaicos de estilo floral. Estos sirven para fechar la reutilización del patio de la tumba en esa época para uso ceremonial.
Con los reyes macedónicos Egipto desarrolló varios estilos decorativos aplicados a la cerámica. En el Bajo Egipto se crea una cerámica influenciada por la griega y se consiguen imitaciones muy próximas a algunos modelos helenos. El Alto Egipto y en concreto el área tebana vive también un momento de florecimiento de la cerámica decorada. Sin embargo, a pesar de verse influencias griegas en algunos motivos, la decoración se caracteriza por una iconografía mucho más acorde con la tradición egipcia. No es ajena a esa búsqueda en sus orígenes el que coetáneamente a esa cerámica, la Tebaida se rebelaba contra el gobierno alejandrino y conseguía temporalmente su independencia durante un par de décadas.
Las piezas cerámicas encontradas en la TT209 ilustran muy bien esa tendencia del periodo. Su morfología y decoración son típicamente ptolemaicas. En ellas vemos motivos de lotos y estilizadas hojas de plantas acuáticas nilóticas, además de bandas paralelas en colores terrosos. Corresponden a un modelo que se desarrolló entre mediados del siglo III y finales del siglo II a. C. Además, gracias a la pasta cerámica con la que están fabricados, podemos reconocer al menos dos talleres alfareros distintos en el área tebana; ambos creaban bellas piezas con motivos muy similares.
Con los reyes macedónicos Egipto desarrolló varios estilos decorativos aplicados a la cerámica. En el Bajo Egipto se crea una cerámica influenciada por la griega y se consiguen imitaciones muy próximas a algunos modelos helenos. El Alto Egipto y en concreto el área tebana vive también un momento de florecimiento de la cerámica decorada. Sin embargo, a pesar de verse influencias griegas en algunos motivos, la decoración se caracteriza por una iconografía mucho más acorde con la tradición egipcia. No es ajena a esa búsqueda en sus orígenes el que coetáneamente a esa cerámica, la Tebaida se rebelaba contra el gobierno alejandrino y conseguía temporalmente su independencia durante un par de décadas.
Las piezas cerámicas encontradas en la TT209 ilustran muy bien esa tendencia del periodo. Su morfología y decoración son típicamente ptolemaicas. En ellas vemos motivos de lotos y estilizadas hojas de plantas acuáticas nilóticas, además de bandas paralelas en colores terrosos. Corresponden a un modelo que se desarrolló entre mediados del siglo III y finales del siglo II a. C. Además, gracias a la pasta cerámica con la que están fabricados, podemos reconocer al menos dos talleres alfareros distintos en el área tebana; ambos creaban bellas piezas con motivos muy similares.
22 de junio de 2015, lunes
En varias ocasiones hemos encontrado las huellas del paso de los egiptólogos que nos precedieron en la tumba y de los saqueadores que también estuvieron en ella. De los primeros nos gusta identificar qué testimonios estratigráficos han quedado de su paso. Los segundos no nos gustan nada, porque los reconocemos por sus consecuencias: el hueco que ha dejado el robo de un relieve, por mencionar un caso concreto.
Esta mañana hemos puesto al descubierto una de las huellas más notables, hasta ahora encontradas, del paso reciente de humanos. Se trata de una trinchera estrecha y no muy larga abierta en los estratos que rellenan una trinchera más ancha, la de Robert Mond. La primera, que se ve bien en la fotografía, se abrió en la sala transversal, desciende ligeramente al atravesar la puerta que une esta cámara con la de los pilares y vuelve ascender hasta desaparecer en la superficie del estrato en el que se abrió. Uno de sus laterales, el oeste, es recto como trazado con línea, mientras el otro, el oriental, está más desmoronado. De los varios grupos de personas cuya entrada hemos identificado en la tumba, la población local (gurnauis), egiptólogos o saqueadores ¿a cuál de ellos podemos atribuir esta trinchera?
En primer lugar, podemos precisar a grandes rasgos su cronología. Está abierta en unos estratos de riadas que rellenan la trinchera de Mond. De hecho, está abierta en la quinta de las riadas que la cubrieron (o sexta, aún falta por confirmar la parte inferior del depósito de estratos). Y por encima de ella había otras cinco riadas. Se trata, por tanto, de una actuación realizada bien avanzado el siglo XX. Si asumiéramos que las lluvias caen con cierta regularidad, el agua habría entrado en la tumba cada 10-12 años en el último siglo. Como sabemos que Mond abrió su trinchera entre 1902 y 1904, podríamos sumar entre 50 y 70 años para dar una fecha a la segunda, la estrecha de la imagen.
De los distintos tipos de visitantes que entraban en la tumba, ¿cuál necesitaba hacer una trinchera semejante? Los habitantes de la aldea de Hurubat probablemente no tuvieran necesidad de entrar en las cámaras internas porque estando cubiertas de barro hasta cerca del techo, no les daban espacio para usos prácticos. Los saqueadores podrían necesitar algo así si tuvieran que sacar algo muy alto, objeto o relieve; pero en ese caso sería pesado y no habrían podido utilizar un paso tan estrecho. Un egiptólogo que tuviera que hacer entrar instrumentos de cierta altura y que no quisiera arrastrarlos por el suelo, sí podría haber necesitado este tipo de preparación para su trabajo.
Sabemos que Diethelm Eigner entró en la TT 209 en 1976. No tenemos duda de la fecha porque tuvo a bien darnos una copia del plano original, con sus medidas, según las tomó en la propia tumba y figura ese año. Ese es el dibujo que sirvió de base para la planta y sección que llevamos usando las cuatro campañas como guía para nuestra propia investigación. Es posible que esta fuera su trinchera para pasar de una cámara a otra.
Esta mañana hemos puesto al descubierto una de las huellas más notables, hasta ahora encontradas, del paso reciente de humanos. Se trata de una trinchera estrecha y no muy larga abierta en los estratos que rellenan una trinchera más ancha, la de Robert Mond. La primera, que se ve bien en la fotografía, se abrió en la sala transversal, desciende ligeramente al atravesar la puerta que une esta cámara con la de los pilares y vuelve ascender hasta desaparecer en la superficie del estrato en el que se abrió. Uno de sus laterales, el oeste, es recto como trazado con línea, mientras el otro, el oriental, está más desmoronado. De los varios grupos de personas cuya entrada hemos identificado en la tumba, la población local (gurnauis), egiptólogos o saqueadores ¿a cuál de ellos podemos atribuir esta trinchera?
En primer lugar, podemos precisar a grandes rasgos su cronología. Está abierta en unos estratos de riadas que rellenan la trinchera de Mond. De hecho, está abierta en la quinta de las riadas que la cubrieron (o sexta, aún falta por confirmar la parte inferior del depósito de estratos). Y por encima de ella había otras cinco riadas. Se trata, por tanto, de una actuación realizada bien avanzado el siglo XX. Si asumiéramos que las lluvias caen con cierta regularidad, el agua habría entrado en la tumba cada 10-12 años en el último siglo. Como sabemos que Mond abrió su trinchera entre 1902 y 1904, podríamos sumar entre 50 y 70 años para dar una fecha a la segunda, la estrecha de la imagen.
De los distintos tipos de visitantes que entraban en la tumba, ¿cuál necesitaba hacer una trinchera semejante? Los habitantes de la aldea de Hurubat probablemente no tuvieran necesidad de entrar en las cámaras internas porque estando cubiertas de barro hasta cerca del techo, no les daban espacio para usos prácticos. Los saqueadores podrían necesitar algo así si tuvieran que sacar algo muy alto, objeto o relieve; pero en ese caso sería pesado y no habrían podido utilizar un paso tan estrecho. Un egiptólogo que tuviera que hacer entrar instrumentos de cierta altura y que no quisiera arrastrarlos por el suelo, sí podría haber necesitado este tipo de preparación para su trabajo.
Sabemos que Diethelm Eigner entró en la TT 209 en 1976. No tenemos duda de la fecha porque tuvo a bien darnos una copia del plano original, con sus medidas, según las tomó en la propia tumba y figura ese año. Ese es el dibujo que sirvió de base para la planta y sección que llevamos usando las cuatro campañas como guía para nuestra propia investigación. Es posible que esta fuera su trinchera para pasar de una cámara a otra.
21 de junio de 2015, domingo
Si se han preguntado por la seguridad de la tienda en la que trabajamos y del material y los instrumentos de trabajo que dejamos en ella, o la protección de las tumbas en proceso de excavación o las que quedan por estudiar, la respuesta son los gafires, los guardianes de la necrópolis tebana.
Su oficio tiene milenios de antigüedad. Ya había vigilantes de la necrópolis cuando los reyes egipcios del Reino Nuevo se hacían enterrar en el Valle de los Reyes. Su sello con chacales es bien conocido; fue uno de los primeros indicios de que la tumba de Tutankhamón podía estar inviolada. Se conservaba un muro que cerraba el corredor y estaba cubierto con los sellos de los chacales. Era el testimonio de que ese corredor llevaba milenios cerrado.
Sus sucesores siguen guardando la necrópolis. A los de Rasayla, la zona donde se ubica la TT 209, les están construyendo una casa nueva, que ven en la imagen del día. La ampliación de las excavaciones de una misión vecina ha hecho necesario desplazar su ubicación. Ahora está un poco más al sur, en dirección a la casa alemana, cuyo jardín se ve por detrás. Estarán un poco más lejos pero con la misma buena perspectiva sobre el yacimiento en que trabajamos. Sus cuatro muros de adobe son un refugio modesto para quienes protegen unos de los lugares más fascinantes del Planeta.
Su oficio tiene milenios de antigüedad. Ya había vigilantes de la necrópolis cuando los reyes egipcios del Reino Nuevo se hacían enterrar en el Valle de los Reyes. Su sello con chacales es bien conocido; fue uno de los primeros indicios de que la tumba de Tutankhamón podía estar inviolada. Se conservaba un muro que cerraba el corredor y estaba cubierto con los sellos de los chacales. Era el testimonio de que ese corredor llevaba milenios cerrado.
Sus sucesores siguen guardando la necrópolis. A los de Rasayla, la zona donde se ubica la TT 209, les están construyendo una casa nueva, que ven en la imagen del día. La ampliación de las excavaciones de una misión vecina ha hecho necesario desplazar su ubicación. Ahora está un poco más al sur, en dirección a la casa alemana, cuyo jardín se ve por detrás. Estarán un poco más lejos pero con la misma buena perspectiva sobre el yacimiento en que trabajamos. Sus cuatro muros de adobe son un refugio modesto para quienes protegen unos de los lugares más fascinantes del Planeta.
20 de junio de 2015, sábado
Las naves laterales de la sala de pilares están completamente cubiertas de sedimentos. Presentan una sucesión de riadas dispuestas horizontalmente y no queremos perder la posibilidad de retirarlas según la ortodoxia arqueológica, es decir, sucesivamente, en el orden inverso a su disposición. Pero la excavación de los estratos más altos resulta acrobática. Hay que alcanzar el fondo de este espacio tan estrecho apurando nuestra capacidad de extendernos y con cuidado de no golpearnos demasiado la cabeza. En la foto, Sabry limpia el perfil, cuando ya habíamos terminado la retirada del primer estrato.
19 de junio de 2015, viernes
La cámara lateral 1 al final de la primera semana de trabajo.
Y la sala de pilares antes de empezar a trabajar en ella.
18 de junio de 2015, jueves
Hoy hemos tomado las coordenadas de toda la superficie de la sala de pilares. Saad lleva el prisma, que apenas se distingue en la fotografía, y Karin la estación total caprichosa. Por fortuna, la maquina se ha portado bien esta mañana.
Desde la semana próxima podemos empezar su excavación. Sabemos que en el centro hay una trinchera abierta por R. Mond y que la parte superior de la estratigrafía son riadas del siglo XX. Éstas fueron facilitadas por las rampas que hizo este arqueólogo para entrar él mismo en la tumba y que, descuidadamente, dejó abiertas después ¡esas cosas desesperantes de los pioneros de la Arqueología! El resto está por descubrir.
Desde la semana próxima podemos empezar su excavación. Sabemos que en el centro hay una trinchera abierta por R. Mond y que la parte superior de la estratigrafía son riadas del siglo XX. Éstas fueron facilitadas por las rampas que hizo este arqueólogo para entrar él mismo en la tumba y que, descuidadamente, dejó abiertas después ¡esas cosas desesperantes de los pioneros de la Arqueología! El resto está por descubrir.
17 de junio de 2015, miércoles
¡Ramadan Karim!
Estábamos comprobando la documentación recogida en la mañana cuando oímos los gritos de alegría de una vecina proclamando el Ramadán y felicitando a los que la oíamos. Con la puesta del sol se iniciaba el mes sagrado musulmán. La vida de millones de personas y, más cerca de nosotros, de la mayor parte de nuestro equipo, estará marcada durante los próximos veintiocho o veintinueve días por el ayuno y la oración.
Desde nuestra llegada ya habíamos visto cómo las calles y las tiendas de El Cairo y de Luxor lo anunciaban. El elemento más visible, que es también una de las características más específicas de la celebración en Egipto son los faroles de Ramadán. Se llaman fanaws. Hoy nos ha contado uno de nuestros compañeros, en el yacimiento, que, en tiempo de los fatimíes, una princesa llegó a El Cairo de su peregrinación a La Meca durante el mes sagrado. Para festejar su regreso e iluminar el final del recorrido, los habitantes de la ciudad sacaron lámparas a la puerta de sus casas. Y dicen que gustó tanto a los cairotas el efecto de las calles así engalanadas que mantuvieron las lámparas unos días más y volvieron a sacarlas al año siguiente, ya convertidas en imagen del Ramadán. Pero otras explicaciones están más explícitamente ligadas a la decoración de mezquitas en este mes. Ahora son alegres, de todos los colores y tamaños e incluso con cierta fantasía en las formas, aunque las más habituales son como las de la imagen de hoy. Y ayer vimos a unos niños de una casa cercana llevándolos en las manos en torno a su jardín.
Niños y niñas son especialmente cuidados en este mes. Reciben regalos y ellos mismos los piden puerta por puerta a los vecinos, igual que el aguinaldo en la Navidad. Otra de las tradiciones de este mes es una canción en cuyo texto hay interjecciones que no son árabes, sino palabras egipcias antiguas. Los que lo han estudiado dicen que llegó a la actualidad a través de cantos religiosos del cristianismo copto y que posiblemente reproducían alguna melodía de celebraciones religiosas populares de época faraónica.
Estábamos comprobando la documentación recogida en la mañana cuando oímos los gritos de alegría de una vecina proclamando el Ramadán y felicitando a los que la oíamos. Con la puesta del sol se iniciaba el mes sagrado musulmán. La vida de millones de personas y, más cerca de nosotros, de la mayor parte de nuestro equipo, estará marcada durante los próximos veintiocho o veintinueve días por el ayuno y la oración.
Desde nuestra llegada ya habíamos visto cómo las calles y las tiendas de El Cairo y de Luxor lo anunciaban. El elemento más visible, que es también una de las características más específicas de la celebración en Egipto son los faroles de Ramadán. Se llaman fanaws. Hoy nos ha contado uno de nuestros compañeros, en el yacimiento, que, en tiempo de los fatimíes, una princesa llegó a El Cairo de su peregrinación a La Meca durante el mes sagrado. Para festejar su regreso e iluminar el final del recorrido, los habitantes de la ciudad sacaron lámparas a la puerta de sus casas. Y dicen que gustó tanto a los cairotas el efecto de las calles así engalanadas que mantuvieron las lámparas unos días más y volvieron a sacarlas al año siguiente, ya convertidas en imagen del Ramadán. Pero otras explicaciones están más explícitamente ligadas a la decoración de mezquitas en este mes. Ahora son alegres, de todos los colores y tamaños e incluso con cierta fantasía en las formas, aunque las más habituales son como las de la imagen de hoy. Y ayer vimos a unos niños de una casa cercana llevándolos en las manos en torno a su jardín.
Niños y niñas son especialmente cuidados en este mes. Reciben regalos y ellos mismos los piden puerta por puerta a los vecinos, igual que el aguinaldo en la Navidad. Otra de las tradiciones de este mes es una canción en cuyo texto hay interjecciones que no son árabes, sino palabras egipcias antiguas. Los que lo han estudiado dicen que llegó a la actualidad a través de cantos religiosos del cristianismo copto y que posiblemente reproducían alguna melodía de celebraciones religiosas populares de época faraónica.
16 de junio de 2015, martes
La puerta que descubrimos la última campaña al oeste de la sala transversal se va a llamar, oficialmente, SC1, side chamber 1, cámara lateral 1. Pero nosotros ya la llamamos la cámara de la madre, pues una de las palabras que se distinguen en el dintel de la puerta es el término mwt, madre.
Está completa cubierta de sedimentos, hasta el techo, de manera que una excavación estratigráfica convencional, de arriba abajo, con retirada de cada unidad y registro de la superficie resultante antes de quitar la inferior es imposible.
Hemos decidido retirar la parte superior del depósito sedimentario de la única manera posible, por un lado, evidentemente, desde la puerta. Crearemos así un espacio de unos 75 centímetros de altura, suficiente para excavar y registrar coordenadas con normalidad. Para hacerlo vamos a realizar cortes verticales de unos 50 centímetros de profundidad, intentado retirar los estratos uno a uno, de manera que el material que aparezca tenga una procedencia segura.
Tendremos así una sucesión de perfiles que podremos dibujar y en los que se ve la continuidad o los cambios en la estratigrafía de esa de esa parte alta del depósito.
Está completa cubierta de sedimentos, hasta el techo, de manera que una excavación estratigráfica convencional, de arriba abajo, con retirada de cada unidad y registro de la superficie resultante antes de quitar la inferior es imposible.
Hemos decidido retirar la parte superior del depósito sedimentario de la única manera posible, por un lado, evidentemente, desde la puerta. Crearemos así un espacio de unos 75 centímetros de altura, suficiente para excavar y registrar coordenadas con normalidad. Para hacerlo vamos a realizar cortes verticales de unos 50 centímetros de profundidad, intentado retirar los estratos uno a uno, de manera que el material que aparezca tenga una procedencia segura.
Tendremos así una sucesión de perfiles que podremos dibujar y en los que se ve la continuidad o los cambios en la estratigrafía de esa de esa parte alta del depósito.
15 de junio de 2015, lunes
El sábado no trajimos la estación total al yacimiento. Con la apertura y la revisión del estado del interior había bastantes cosas que hacer.
El domingo sí vino a conocer el sitio y desde primera hora empezamos a intentar hacerle trabajar. Primero no aceptaba cambiar su lenguaje al inglés para ser accesible a todos los miembros del equipo, en el que algunos son egipcios y no hablan castellano. Las instrucciones del manual no están hechas, aparentemente, para su personalidad. Una vez que aceptamos que los colegas egipcios tendrán que aprender una nueva lengua para comunicarse con ella, empezó a negarse a recoger los datos siguiendo los pasos que se indican en el mismo libro mencionado. Una pequeña adaptación consiguió hacerle entrar en razón y aceptar esa información. Pero después dejó de tomar las medidas, hasta que nos dimos cuenta que el brillo del sol era ya tan fuerte, pasadas las 11.00 de la mañana, que le “dañaba la pupila” y no leía el prisma. Una sombra en ambos instrumentos devolvió la paz… Pero solo momentáneamente, porque al rato nos comunicaba que superaba los 40º y, enfadada, decidió no decir nada más.
Esta mañana hemos tenido que venir de madrugada, a ver si antes del pleno ascenso del sol podíamos trasladar un nuevo punto 0 hacia el interior, hacia las cámaras que van a ser excavadas en esta campaña. El “fresquito” de la primera hora de la mañana le ha gustado. Se ha portado y hemos podido terminar todo en poco tiempo. Una vez dentro, la temperatura es más baja, no hay brillos de sol y ya sabemos cómo comunicarnos con ella ¡e incluso hemos encontrado una tecla que le obliga a decir algunos términos en inglés!
No sabemos cómo ha surgido, pero a estas alturas todo el equipo le llama Lady Gaga. Igual se queda ya así para toda la temporada.
El domingo sí vino a conocer el sitio y desde primera hora empezamos a intentar hacerle trabajar. Primero no aceptaba cambiar su lenguaje al inglés para ser accesible a todos los miembros del equipo, en el que algunos son egipcios y no hablan castellano. Las instrucciones del manual no están hechas, aparentemente, para su personalidad. Una vez que aceptamos que los colegas egipcios tendrán que aprender una nueva lengua para comunicarse con ella, empezó a negarse a recoger los datos siguiendo los pasos que se indican en el mismo libro mencionado. Una pequeña adaptación consiguió hacerle entrar en razón y aceptar esa información. Pero después dejó de tomar las medidas, hasta que nos dimos cuenta que el brillo del sol era ya tan fuerte, pasadas las 11.00 de la mañana, que le “dañaba la pupila” y no leía el prisma. Una sombra en ambos instrumentos devolvió la paz… Pero solo momentáneamente, porque al rato nos comunicaba que superaba los 40º y, enfadada, decidió no decir nada más.
Esta mañana hemos tenido que venir de madrugada, a ver si antes del pleno ascenso del sol podíamos trasladar un nuevo punto 0 hacia el interior, hacia las cámaras que van a ser excavadas en esta campaña. El “fresquito” de la primera hora de la mañana le ha gustado. Se ha portado y hemos podido terminar todo en poco tiempo. Una vez dentro, la temperatura es más baja, no hay brillos de sol y ya sabemos cómo comunicarnos con ella ¡e incluso hemos encontrado una tecla que le obliga a decir algunos términos en inglés!
No sabemos cómo ha surgido, pero a estas alturas todo el equipo le llama Lady Gaga. Igual se queda ya así para toda la temporada.
14 de junio de 2015, domingo
¿Alguien dice que una casa no se empieza por el tejado? Nuestra tienda sí. Ya está montada por encima de la ladera del wady.
En las campañas previas, desde el primer día teníamos que subir a la tienda las cajas de instrumentos y de material arqueológico, pues ocupaban el espacio que había que excavar. Este año hemos dejado todo dentro de la cámara transversal, en la misma posición donde han estado los últimos meses. Con la retirada de los depósitos en las cámaras vamos ganando espacios de almacenamiento temporal y lugares para el trabajo de registro y documentación. En esta campaña, la tienda no tendrá, seguramente, tanto protagonismo en nuestra vida diaria como tuvo en las anteriores.
En las campañas previas, desde el primer día teníamos que subir a la tienda las cajas de instrumentos y de material arqueológico, pues ocupaban el espacio que había que excavar. Este año hemos dejado todo dentro de la cámara transversal, en la misma posición donde han estado los últimos meses. Con la retirada de los depósitos en las cámaras vamos ganando espacios de almacenamiento temporal y lugares para el trabajo de registro y documentación. En esta campaña, la tienda no tendrá, seguramente, tanto protagonismo en nuestra vida diaria como tuvo en las anteriores.
13 de junio de 2015, sábado
Temperatura a las 9.0AM: 42ºC.
Humedad relativa del aire a las 9.0AM: 10%.
No hay que ser mago ni adivino ni creerse la reencarnación de los sacerdotes más sabios del Egipto antiguo para predecir que esta campaña va a estar marcada por el clima en general y el calor en especial. Nos venimos a trabajar en verano al sur de Egipto. Mes y medio. Alguien puede pensar que ya hemos aceptado con cierto fatalismo la situación o que estamos muy preparados mentalmente para los peores excesos del calor estival, pero la temperatura hoy, a la sombra, resultaba agradable. Lleva corriendo una brisa suave toda la semana y la sequedad en el ambiente es completa. Eso evita la sensación desagradable de la transpiración en la piel. Se está bien al aire y mejor bajo un toldo o un árbol ¡en la refrescante sombra de un sicomoro, que tanto alababan los textos antiguos!
A pesar de ser sábado, el director de la Orilla Occidental, ha tenido la deferencia de citarnos en su oficina para firmar el último de los permisos que faltaba. Ya podemos empezar a trabajar. Si en la campaña pasada los trámites fueron rápidos, este año la situación ha sido diferente. El miércoles no fue un buen día para Luxor. Y nosotros estábamos en la Orilla Oriental en esa mañana, esperando en las oficinas del Ministerio de Antigüedades para hablar con los responsables de la región. Evidentemente, nuestros planes se desbarataron, como las ilusiones de muchos egipcios, aunque en nuestro regreso a casa la mayoría levantaba los hombros con resignación. Tres días después ha vuelto la normalidad y nuestros papeles están terminados.
En las oficinas del Taftich nos esperaban nuestro inspector para esta campaña y el jefe de los guardianes de la zona media de la necrópolis. Juntos hemos venido a la 209. El wady está como lo habíamos dejado. Con todo lo bueno y lo malo que eso implica. No ha habido lluvias y, por tanto, no ha habido riadas. Pero toda la ladera sur sigue cubierta por los escombros de excavaciones cercanas que suponen un riesgo evidente en caso de lluvias o riadas, pues se deslizarían colapsando el wady. Se crearía así una retención de agua que se filtraría a todas las tumbas del entorno.
Si los papeles han sido lentos, la apertura ha sido rápida. Ya no había un muro de piedra como en las campañas pasadas, sino unos bloques que resguardaban la puerta metálica. En cinco minutos estaban retirados, los plásticos que trae el viento recogidos y la cerradura despejada, lista para su apertura. Hemos leído el sello que certificaba que el último responsable de su cierre había sido Ahmed Rifai, el inspector del año pasado. El jefe de los guardianes ha cortado los hilos metálicos que quedaban unidos por el precinto de plomo. Y hemos abierto el candado de seguridad. La puerta estaba abierta para la nueva campaña. Los relieves de Nisemro, el propietario de la tumba, parecían orgullosos de haber actuado como protectores del cierre desde las jambas de la puerta.
Humedad relativa del aire a las 9.0AM: 10%.
No hay que ser mago ni adivino ni creerse la reencarnación de los sacerdotes más sabios del Egipto antiguo para predecir que esta campaña va a estar marcada por el clima en general y el calor en especial. Nos venimos a trabajar en verano al sur de Egipto. Mes y medio. Alguien puede pensar que ya hemos aceptado con cierto fatalismo la situación o que estamos muy preparados mentalmente para los peores excesos del calor estival, pero la temperatura hoy, a la sombra, resultaba agradable. Lleva corriendo una brisa suave toda la semana y la sequedad en el ambiente es completa. Eso evita la sensación desagradable de la transpiración en la piel. Se está bien al aire y mejor bajo un toldo o un árbol ¡en la refrescante sombra de un sicomoro, que tanto alababan los textos antiguos!
A pesar de ser sábado, el director de la Orilla Occidental, ha tenido la deferencia de citarnos en su oficina para firmar el último de los permisos que faltaba. Ya podemos empezar a trabajar. Si en la campaña pasada los trámites fueron rápidos, este año la situación ha sido diferente. El miércoles no fue un buen día para Luxor. Y nosotros estábamos en la Orilla Oriental en esa mañana, esperando en las oficinas del Ministerio de Antigüedades para hablar con los responsables de la región. Evidentemente, nuestros planes se desbarataron, como las ilusiones de muchos egipcios, aunque en nuestro regreso a casa la mayoría levantaba los hombros con resignación. Tres días después ha vuelto la normalidad y nuestros papeles están terminados.
En las oficinas del Taftich nos esperaban nuestro inspector para esta campaña y el jefe de los guardianes de la zona media de la necrópolis. Juntos hemos venido a la 209. El wady está como lo habíamos dejado. Con todo lo bueno y lo malo que eso implica. No ha habido lluvias y, por tanto, no ha habido riadas. Pero toda la ladera sur sigue cubierta por los escombros de excavaciones cercanas que suponen un riesgo evidente en caso de lluvias o riadas, pues se deslizarían colapsando el wady. Se crearía así una retención de agua que se filtraría a todas las tumbas del entorno.
Si los papeles han sido lentos, la apertura ha sido rápida. Ya no había un muro de piedra como en las campañas pasadas, sino unos bloques que resguardaban la puerta metálica. En cinco minutos estaban retirados, los plásticos que trae el viento recogidos y la cerradura despejada, lista para su apertura. Hemos leído el sello que certificaba que el último responsable de su cierre había sido Ahmed Rifai, el inspector del año pasado. El jefe de los guardianes ha cortado los hilos metálicos que quedaban unidos por el precinto de plomo. Y hemos abierto el candado de seguridad. La puerta estaba abierta para la nueva campaña. Los relieves de Nisemro, el propietario de la tumba, parecían orgullosos de haber actuado como protectores del cierre desde las jambas de la puerta.