Sábado 26 de febrero a jueves 3 de marzo
El primer día de la semana, el sábado, es también en esta ocasión el primer día de trabajo efectivo en el yacimiento. A las 6:15, el cielo nos recibe cargado de globos. Más de veinticinco son visibles al salir de casa. Tomémoslo como un buen augurio. El turismo va regresando al país y esperemos que los vientos de guerra al otro lado del Mediterráneo se amainen y no vuelvan a alejar a los visitantes.
En nuestro equipo también se han producido llegadas en esta semana, sin que por ahora estemos ya el equipo al completo. En días diferentes se incorporaron primero María, para ocuparse de las cerámicas, Pía para los tejidos, ushebtis y todas las tareas de conservación, y finalmente Sergio para topografías y fotografías en 3D. La ausencia de este último en los primeros días se tuvo que solventar con una solución “heroica”: algunos miembros del equipo nos convertimos en “polivalentes” y tuvimos que iniciar un aprendizaje rápido de manejo de la maquinita. No bastó ya con un “y ahora se aprieta en esta tecla, ¿no?” esperando la confirmación del maestro. Manual en mano y un especialista egipcio, Gaber, para los primeros momentos, conseguimos tomar las coordenadas en las dos zonas de excavación abiertas y no tener que interrumpir el ritmo de trabajo. En la casa, cada tarde, uníamos el mosaico de fotografías y enviábamos a Sergio los datos de coordinación para estar seguros de que ambas informaciones se unían correctamente y podíamos proseguir los levantamientos a la mañana siguiente.
Tras la limpieza del yacimiento, la segunda tarea, urgente, que hemos iniciado apenas abierta la campaña, ha sido la elaboración de adobes. Hace varios años ya habíamos creado un par de miles de ejemplares. Pero solo en la protección de los muros antiguos hemos empleado ya la mitad, así como para muretes auxiliares en diversas partes de la tumba. Entonces no pensábamos en una superestructura de proporciones un tanto gigantescas como las que hoy conocemos: pilono de 2 m de anchura, dos gruesos muros de retención de las terrazas sobre la ladera, paredes laterales de cerca de 20 m de longitud. Para poder proteger los restos antiguos solo con un par de hiladas y dar legibilidad a la construcción exterior, hemos calculado que vamos a necesitar unos 5000 mil adobes. Tardan al menos diez días en secarse, de manera que había que empezar muy pronto para que estuvieran disponibles en cuanto Fernando, el arquitecto del equipo, esté con nosotros. Entonces continuaremos la tarea iniciada en otoño con el primer ensayo, el del lado oeste del patio.
La SC3 confirma su posición como la cámara más rica de informaciones del yacimiento. El sábado mismo la excavación se inició con solo dos personas, Jared y Shabri, metódicos y sin pausas, y así siguió, sin cambios en el equipo durante toda la semana. Mientras ellos iban extrayendo los sedimentos, desde la cámara precedente, a través de la puerta, tomábamos las coordenadas. El domingo ya se había terminado de despejar una momia a la derecha de la entrada, ante el vano de la SC4, que los trabajos del año pasado no habían destruido -las protecciones que le pusimos, pues sabíamos que estaba allí, fueron eficaces-, la momia 12.
El lunes, bajo la supervisión de Pía, retiramos el grupo de las momias 6, 7 y 9, el hombre joven y la mujer madura con una perrita momificada sobre sus pies. Fue un momento delicado, pues habíamos pasado las dos campañas previas excavando alrededor del grupo, consolidándolo, y preparando su retirada. El objetivo: poder radiografiarlos en su posición original. No era cuestión de que sufrieran daños en el traslado y que el trabajo de dos campañas hubiera sido en balde. Por fortuna, los preparativos cumplieron su función y el trío salió indemne… pero la máquina de rayos X no está ahora aquí. Habrá que esperar al año próximo. La Arqueología exige mucha paciencia, como es bien sabido.
Retirada la “familia con mascota” (o, más académicamente, con animal psicopompo), pudimos iniciar la excavación de la momia que había aparecido por debajo, cuando despejábamos el grupo. Es la momia 11. Eso nos permitió continuar la limpieza hacia el oeste, respetando la estratigrafía original. Al hacerlo, el martes despejamos también la momia 13 e identificamos la posición de la momia 14. Un individuo por día.
Al retirar la tierra, entre las momias, iban apareciendo recipientes cerámicos, la mayoría ánforas fenicias. El ajuar se completó con algo todavía por identificar plenamente. En la mitad occidental despejamos un gran tablero de madera cubierto de estuco pintado. La madera, naturalmente, ha desaparecido, y solo queda el recubrimiento exterior en el que se distinguen las vetas originales y los colores de la decoración -blanco para el fondo y negro, rojo y azul-, cuyos motivos, desgraciadamente han resultado imposibles de reconstruir.
En los siguientes días de la semana, Jared se ha ocupado de estudiar las tres momias despejadas. Es decir, tomar todas las medidas posibles in situ. Las riadas que entraron en la tumba han deteriorado tanto los restos que no podemos pensar en extraer los huesos y estudiarlos después, sino que hay que invertir el orden. En consecuencia, ya sabemos que momia 11 era una mujer joven, con escasas evidencias de actividad física, acostumbrada a sentarse en cuclillas y con alguna enfermedad todavía incipiente, asintomática: esa no provocó su muerte. Por el contrario, momia 12, era un varón maduro y fortachón, con testimonios de intensa actividad física. Dos vidas aparentemente diferentes depositadas a uno y otro lado de una misma cámara funeraria.
Por último, en el exterior, sin individuos y con menos objetos, el trabajo no es menos interesante. Por fuera del patio, al sur del pilono de entrada a la TT 209, Alfonso y los especialistas a los que dirige continúan excavando la calle cuya excavación iniciamos en 2020 -antes de tener que cerrar la campaña- y que proseguimos en el otoño pasado. La calzada tiene unos 4 m de anchura enfrente de la puerta y se conserva en toda la anchura del patio, en torno a 20 m de longitud. No se han excavado muchas calles en las necrópolis egipcias antiguas. Esta es un verdadero regalo.
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